El término de represión financiera fue acuñado por Edward S. Shaw y Ronald I. McKinnon en 1973, consiste en un conjunto de políticas fiscales y financieras que permite a los estados una financiación de su deuda muy favorablemente a costa de reprimir el crecimiento interno de la economía. Se caracteriza por los siguientes aspectos:

  • Tipos de interés extremadamente bajos, negativos en términos reales (descontando la inflación).
  • Límite explícito o indirecto de las tasas de interés, como la deuda pública y las tasas de depósito.
  • Propiedad del gobierno o control de bancos nacionales e instituciones financieras con barreras que limitan el ingreso de otras instituciones al mercado.
  • Altos requisitos de reserva.
  • Creación o mantenimiento de un mercado interno cautivo para la deuda del gobierno, logrado al exigir a los bancos que mantengan la deuda del gobierno a través de los requisitos de capital, o al prohibir o desincentivar las alternativas.
  • Restricciones gubernamentales sobre la transferencia de activos al exterior mediante la imposición de controles de capital.

(Wikipedia, 2020; Investopedia, 2020)

A primera vista, parece que la represión financiera no aplica a Europa, más acorde con la situación económica después de la segunda guerra mundial y algunos países en vías de desarrollo (Deutsche Bank), sin embargo algunas características fundamentales de la represión financiera se cumplen, como son tipos de intereses muy bajos o forzar a los bancos locales a mantener reservas de deuda soberana muy elevada (Voxeu, 2012)

La implicación para inversores de bonos es muy significativa. El rendimiento de los bonos ¨libre de riesgo¨ emitidos por bancos será muy bajo, e incluso negativo en términos reales, consecuente se penalizará a los inversores con mayor aversión al riesgo. Si el inversor bonista tiene mayor tolerancia al riesgo, puede optar por bonos corporativos o bonos de mercados emergentes, ambos proporcionarán unos retornos más elevados con el asociado riesgo.

En general un entorno de represión financiero no favorece a los inversores de renta fija, la expectativa es que mucho de ellos optarán por renta variable en búsqueda de rendimientos que puedan cubrir la inflación.

En los tiempos actuales de COVID-19 podemos observar como los mercados bursátiles de acciones están creciendo rápidamente después de la decisión de la FED de bajar los tipos de interés a mínimos. Evidentemente no es el único factor que explica la subida, per sin duda, es uno de ellos.

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