El caso de Wirecard AG en Alemania es un recordatorio que el fraude y las prácticas ilícitas no saben de nacionalidades.

Wirecard AG es una empresa global de tecnologías y servicios financieros en proceso de quiebra con sede en Alemania. Proporciona servicios de procesamiento de pagos, emisión de tarjetas y gestión de riesgos a más de 279 000 clientes corporativos de todo el mundo. Su nuevo servicio de pago a través de Internet, denominado “Wirecard”, compite con PayPal y Western Union. Wirecard dispone de licencia para operar como banco alemán y es miembro destacado (Principal Member) de Visa, MasterCard y JCB3​ y cotiza en la Bolsa de Fráncfort [1].

Son particularmente interesante los sucesos hasta el anuncio de del fraude de 1.900 millones de euros. En 2019, Wirecard contrató a la firma de contabilidad KPMG para una auditoría independiente para abordar las alegaciones mencionadas. En marzo de 2020, Wirecard afirmó que KPMG concluyó que no se determinó ninguna discrepancia durante la auditoría. Sin embargo, el 28 de abril de 2020, las acciones de Wirecard cayeron un 26 por ciento cuando el auditor anunció que no había recibido documentación suficiente para abordar todas las alegaciones de irregularidades contables. Más tarde, el 5 de junio, la policía registró la sede de Wirecard como parte de una investigación criminal sobre declaraciones potencialmente engañosas a los inversores por parte del director ejecutivo Markus Braun y otros tres miembros de la junta con respecto a la auditoría. A continuación, la empresa informó el 18 de junio de 2020 de que faltaban 1.900 millones de euros en efectivo de las cuentas de la empresa tras una auditoría de Ernst & Young. Braun renunció como director ejecutivo al día siguiente para ser reemplazado por James Freis. Durante los dos días, las acciones de la empresa cayeron un 72%. El 22 de junio de 2020, Braun fue arrestado por la policía alemana bajo acusaciones de “inflar el volumen de ventas de Wirecard AG con ingresos falsos” [2].

Desde el 11 de septiembre del 2020 la compañía no posee CEO. James Freis renunció a su puesto de CEO después de 85 días al cargo dejando Wirecard en una situación aún más comprometida. James se despidió por email argumentado que gran parte del trabajo ha sido hecho, pero sin embargo no sabe dónde terminará el proceso judicial. [3]

Este case en un claro ejemplo de un comportamiento codicioso y exento de ética de sus directores ejecutivos, a la falta de la resolución de los juzgados en Múnich.

El caso de Wirecard está capturado acertadamente en los valores promedios del reporte de KPMG ¨Global profile of the fraduster¨ en 2016 [4], el cual se constituyó mediante 750 cuestionarios de defraudadores. Los defraudadores suelen poseer edades entre 35 y 55 años, hombres, directores ejecutivo o managers, con una duración en la empresa de mas de 6 años, en la industria de financias, aprovechando las nuevas tecnologías y fraude contable como suporte para sus actividades ilícitas.

Este caso demuestra claramente la importancia de las auditorías externas, aunque es sabido que no es un mecanismo perfecto. Es notorio recordar el escándalo de 1Malaysia Development Berhad (1MDB), donde finalmente el 24 de julio del 2020 Goldman Sachs acordó con el gobierno malayo un pago de 7.500 millones de dólares a cambio de para el procedimiento  judicial del gobierno malayo contra la entidad financiara por ha haber sido eficaz en el escándalo de 1MDB que llevó al país a la perder miles de millones [5].

Referencias

[1]        Wikipedia, «Wirecard,» 2020. [En línea]. Available: https://es.wikipedia.org/wiki/Wirecard. [Último acceso: 2020].

[2]        Wikipedia, «Wirecard,» 2020. [En línea]. Available: https://en.wikipedia.org/wiki/Wirecard. [Último acceso: 2020].

[3]        D. Huefner, «“I have no idea where I’ll end up” – the new Wirecard boss resigns after 85 days,» 2020. [En línea]. Available: https://www.gruenderszene.de/fintech/wirecard-chef-james-freis-tritt-ab. [Último acceso: 2020].

[4]        KPMG, «Global profiles of the fraudster: Technology enables and weak controls fuel the fraud,» KPMG International.

[5]        Wikipedia, «1Malaysia Development Berhad scandal,» 2020. [En línea]. Available: https://en.wikipedia.org/wiki/1Malaysia_Development_Berhad_scandal. [Último acceso: 2020].

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  1. El impacto social se distribuye en las siguientes entidades:
    1. Lo accionistas. Sueles ser uno de los actores típicamente afectados en este tipo de casos. Las acciones de Wirecard AG cotizaban a 45EUR antes del escándalo, y en la actualidad a 0,4EUR, lo que implica una pérdida de valor de para los accionistas del 99% reflejo del procedimiento de bancarrota.
    2. Las empleados. La mayoría de los empleados perderán su puesto de trabajo, especialmente si la empresa finalmente cierra las puertas. La empresa poseía 5300 empleados en junio del 2019 y en 25 de agosto anunció el despedido de 730 empleados. La empresa fue fundada en 1999, es posible que algunos de sus trabajadores después de muchos años en la compañía, tenga dificultades para encontrar nuevas oportunidades.
    3. Los acreedores. En el caso de los 1900 millones de EUR no aparezcan los acreedores sufrirán las consecuencias. Aunque están en la primera línea para recuperar su capital, no está garantizado que sea posible, a la espera del resultado del juicio.

    Otros efectos menos evidentes, es una pérdida de confianza desde varios ángulos:
    1. Hacia la imagen Alemania y sus empresas.
    2. A los sistemas de pago electrónicos, aunque la tendencia parece imparable
    3. A las empresas auditoras como KPMG, aunque eventualmente la auditora se retraigo por falta de documentación.

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