El asesoramiento financiero es una profesión que está fuertemente regulada en la Unión Europea (EU). Existen dos modalidades básicas para ejercer la profesión de asesor financiero, la primera es mediante la asociación a una entidad financiera y la segunda a través de la formación de una empresa. Lo que conlleva a ser un asesor financiero dependiente o independiente respectivamente.

En ambas situaciones, el asesor necesita una formación financiera exhaustiva y reconocible, que de seguridad y autoridad a clientes, empresas y administraciones. En mi caso, recientemente he obtenido la acreditación de European Financial Advisor (EFA) en la European Financial Planning Association (EFPA) de España. EFPA acredita y certificar los conocimientos, habilidades y aptitudes de los profesionales dedicados al asesoramiento y planificación financiera-personal, asegurar el nivel de conocimientos y la formación continua de sus asociados, y asegurar una conducta ética profesional a través del acatamiento del Código Ético, entro otros objetivos.

La acreditación de EFA complementa mi formación financiera, particularmente consolida mi Máster en Asesoramiento Financiero y Gestión Patrimonial por la Universitat de Barcelona y OBS Business School. Pero mi formación financiera no acaba ahí, mi Máster en Administrados de Empresas (MBA) aunque fue generalista, en la medida de lo posible, opté por asignaturas de finanzas con un proyecto final en econometría (VIX as Predictor Variable of Stock Market Return). Y aún más, mi Doctorado en Administración de Empresas (DBA), el cuál estoy cursando actualmente y finalizado al 50%, consisten al 100% sobre finanzas, específicamente sobre el estudio de los precios de los productos financiero y la ejecución de algoritmos en mercados financieros.

Sin embargo, la formación del asesor es estrictamente necesaria para el ejercicio del asesoramiento financiero, pero no suficiente, ya que, al tratarse de una industria fuertemente regulada, los requerimientos legales y normativos son muy importantes.

Mi profesión principal es la de director de ingeniería, y recientemente estudié la positividad de ejercer profesionalmente como asesor financiero como una actividad complementaria. Mi objetivo fundamental fue la creación de una empresa de asesoramiento financiero independiente y abrir una cuenta de asesor financiero registrado en InteractiveBrokers (IB).

IB es un bróker establecido casi 50 años atrás, con una plataforma muy completa y unos costes de operación mínimos. Asimismo, están obligados a seguir los requerimientos legales pertinentes a la EU. Después de numerosas comunicaciones con IB, el punto clave para la creación de una cuenta de asesor financiero registrado es la obtención de una licencia financiera para una empresa, y esto resultó un gran impedimento.

Existen numerosas licencias financieras, las cuales se asignan a empresas, siendo la más completas y con mayores requerimientos las otorgadas a bancos e instituciones crediticias, bajando en contenido y requerimientos, hasta llegar a asesores financieros o gestores de fondos. En cualquier caso, las licencias son otorgadas por los bancos centrales o entidades reguladoras de los países de la EU donde se ejerce la actividad profesional.

Estudié diversas jurisdicciones europeas, entre ellas, Irlanda, Estonia, Lituania, España, Alemania y Hungría. Los costes asociados a una licencia financiera son dos. Por un lado, para la obtención de la licencia, y por otro mantenerla. En mi caso, los costes eran demasiado altos como para justificar la creación de la empresa, especialmente los costes de mantenimiento. En conclusión, desestimé la opción de crear una empresa de asesoramiento financiero, y consecuentemente establecerme como un asesor financiero independiente.

Existe una segunda opción, consiste es asociarte a un banco o empresa, y trabajar como asesor financiero dependiente. Aunque está opción no la he estudiado en profundidad, no me parece muy interesante. Ser un asesor financiero dependiente, implica que estás obligado a ofrecer productos financieros específicos de la empresa que representas. Por lo tanto, entras en un conflicto de intereses, porque no ofreces al cliente la mejor opción del mercado, sino la mejor opción disponible por la empresa que representas. En conclusión, a pesar de poseer una formación y experiencia exhaustiva en finanzas y asesoramiento financiero, es inviable desplacerse como asesor financiero independiente. No desecho la opción completamente, pero por ahora no es viable.

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